En este capítulo te mostraremos la guerra de Troya, en la cual varios imperios griegos, buscaban la forma de derrumbar la muralla de Troya.
Aquí se están generando las semillas de la democracia, en la cual el pueblo quiere opinar sobre las decisiones que los afectan. Estos líderes fueron elegidos por características como las que vimos en el capitulo pasado, fuerza, agilidad, inteligencia, astucia y algunos por la herencia del poder.
No hay nada de evidente de que los hombres son iguales. Más bien todo lo contrario: Los hombres son muy diferentes.
Lo primero que se aprecia es que los hay altos, bajos, delgados, gordos, ricos, pobres, tontos, hay mujeres, hombres, niños, entre otros... pero todos distintos unos de otros. No se repite ninguno. Además hay gente con distinta raza, religión, manera de pensar...
Más adelante cuando la sociedad se volvió más compleja, las desigualdades entre los hombres ya no dependían de sus habilidades sino “tesoros” materiales.
Estas desigualdades eran también hereditarias, quedo establecido que unos venían al mundo para mandar y otros para obedecer.
Los griegos se dieron cuenta de que los hombres se parecían más entre sí, todos hablan, todos piensan, todos discuten y tienen conflictos.
Los griegos dejaron en segundo plano esa idea de los dioses pusieron al hombre como centro del universo.
La democracia fue un hecho que maco un gran cambio en el mundo.
Aunque cabe destacar que la democracia no sirvió para acabar con los conflictos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario